El mundo está cambiando más rápido que nunca. La incertidumbre es una variable constante en la vida diaria de las personas. Las organizaciones quieren seguir siendo relevantes desde la perspectiva de sus clientes, empleados y sociedad. Los empleados piden transparencia, autonomía y propósito. Y por otro lado, los clientes están muy informados y sus expectativas son más altas que nunca.
La agilidad en los negocios, puede definirse como la capacidad y el deseo de una organización de adaptarse y evolucionar para estar conectada al propósito de sus clientes, con la alineación constante de los servicios ofrecidos como el punto central de esta evolución.
3 aspectos para la agilidad en los negocios
La agilidad de negocios tiene relación con todo lo que hacemos, nuestras prioridades y lo que ofrecemos. En este contexto, es necesario que las organizaciones cuenten con un modelo de desempeño que promueva aspectos como estos:
- El contexto complejo
- La percepción e interpretación
- La conexión

Vamos a analizar estos aspectos: ¿Qué ha cambiado realmente? ¿No eran todos estos aspectos importantes antes? ¿Siguen siendo relevantes ahora?
¿Qué ha cambiado?
Las inquietudes siguen siendo las mismas, aunque vivamos en contextos temporales distintos. Sin embargo, algunas variables hacen que tengamos que repensar y remodelar la forma de observar cada una de ellas, e incluso la forma en que se pueden integrar.
Las variables que modifican la observación bajo estos aspectos son el Contexto Complejo, la Percepción e Interpretación y la Conexión.
1. Contexto Complejo
La complejidad se demuestra por la gran incertidumbre, velocidad de cambios, gran velocidad de generación e interpretación de datos para la toma de decisiones, volumen de conexiones, entre otros.
«Tenemos que reconocer que experimentamos complejidad en situaciones cotidianas y en organizaciones»
El contexto complejo requiere la identificación de hipótesis y experimentación. En estos contextos no hay una respuesta fácil, ni siquiera los expertos o las mejores prácticas pueden garantizar un resultado exitoso.
Los ciclos de iteración cortos, que permiten aprender de la experimentación, la práctica y la colaboración, facilitan la adaptabilidad y la rápida respuesta a los cambios.
El uso de la agilidad, adecuada y adaptada a cada contexto, impulsa este círculo virtuoso. Las personas y organizaciones que deseen aprender de sus experiencias tienen más probabilidades de tener éxito.
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2. Percepción e Interpretación
Los cambios requerirán una mayor capacidad de percepción e interpretación del entorno para adaptar el negocio a las nuevas necesidades y propósitos de sus clientes.
Comprender el propósito del cliente hace posible ajustar dinámicamente la estrategia y los objetivos de una organización. El propósito del cliente conecta con el propósito de una organización, que a su vez se deriva del propósito de sus estructuras internas y, en consecuencia, con las personas. Cuanto mayor y más profunda sea esta alineación, mayor será el valor del producto o servicio ofrecido.
3. Contexto
Las organizaciones necesitan repensar sus estructuras tradicionales para convertirlas en un solo organismo o sistema, haciendo que todas sus partes funcionen de manera integrada, con un propósito común.
Analizar y gestionar las dependencias se convierte en un tema fundamental. También es importante que estas estructuras cuenten con un sistema flexible y adaptable, ajustándose al contexto interno y externo en el que operan.
Comprender cómo funcionarán estas estructuras, a través de la definición de un modelo de trabajo que se ajuste a las necesidades del negocio es un punto clave. La comunicación, en una estructura conectada, debe tener la misma relevancia para impulsar la colaboración y la transparencia.
Los modelos de trabajo que fomentan la agilidad, basados en la colaboración y ciclos cortos, crean las condiciones para un proceso de retroalimentación, aprendizaje y evolución constante de sus prácticas, creando enfoques emergentes.
En conclusión
El concepto de evolución, a través de la agilidad de negocios, permite crear organizaciones que sean más adaptables, flexibles y que pueden reaccionar para dar respuestas más rápidas a los cambios. La agilidad de negocios se aplica a organizaciones completas, considerando IT, negocio, operaciones e funciones transversales, como Recursos Humanos, Costes, Comunicación, Marketing, Compliance y otras, que son enablers para una evolución estructural, de sistema único. Siempre teniendo en cuenta el alineamiento entre nuestro propósito y el propósito de nuestros clientes.